lunes, 12 de noviembre de 2018

¿Cuantas víctimas de violencia de género mueren a pesar de haber denunciado?


Estadística de las denuncias de violencia de género en España desde el 2009 hasta el 2017

En España la estadística sobre mujeres que denuncian malos tratos por parte de sus parejas las recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2018) 1 e integra datos de diversas fuentes, entre ellas el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). 

Tomando el intervalo desde 2009 hasta 2017 en ningún caso las denuncias han descendido de 124 893 (ver gráfico 1) por año. Ahora bien, intuitivamente pueden observarse dos periodos. El primer periodo, desde 2009 hasta 2013, parece caracterizarse porque las denuncias iban en ligero descenso, pasando de 135 539 en 2009 hasta 124 839 en 2013. El segundo periodo, a tenor de los datos del INE (2018), sugiere un aumento de las denuncias, pasando de 126 742 en 2014 hasta llegar a la cifra máxima de 166 260 en 2017. 




Descripción estadística del feminicidio en España entre 1999 y 2017


De manera informal se entiende que el feminicidio es la aplicación más extrema de la violencia de género. La Organización Panamericana de la Salud (2013) 2 define el feminicidio como: “el asesinato intencional de una mujer por el hecho de ser mujer, pero las definiciones más amplias abarcan todo asesinato de una niña o una mujer[...]El femicidio difiere en formas específicas de los homicidios de hombres. Por ejemplo, la mayoría de los femicidios son cometidos por una pareja actual o anterior de la víctima e incluyen maltrato repetido en el hogar, amenazas o intimidación, violencia sexual o situaciones en las que las mujeres tienen menos poder o menos recursos que su pareja”.

En lo que a feminicidios se refiere, en España, las estadísticas del INE (2018) recogen los datos de las muertes de mujeres en las que el agresor resultó ser el “cónyuge, ex-cónyuge, compañero sentimental, ex-compañero sentimental, novio o ex-novio”. A su vez, los datos del INE (2018), desde 1999 hasta 2005 se basaban en los recogidos por el Instituto de la Mujer, las noticias de prensa y la información recavada por el Ministerio del Interior. A partir del año 2006, según se afirma, el INE extrae los datos a partir de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Las cifras recogidas en el Gráfico 2 contemplan el número de víctimas mortales por violencia de género teniendo en cuenta el año (INE, 2018). Según los datos disponibles, desde el año 2011 hasta la fecha no parece haberse superado la cifra de 61 muertes al año, a lo largo de tres años consecutivos. Cambios legislativos y campañas de prevención pueden haber motivado la reducción de asesinatos de mujeres a manos de sus pareja. Siguiendo esta  idea, tal y como puede observarse, a finales del Siglo XX y principios del Siglo XXI, se dan dos periodos de tiempo más o menos diferenciados, desde 1999 hasta 2010, cuando encontramos cifras comprendidas entre las 50 (año 2001) y las 76 (año 2008) víctimas mortales. En cuanto al segundo periodo, desde el 2011 hasta 2017, la cifra mínima es de 49 mujeres asesinadas (año 2016) hasta la alcanzar la cifra máxima, que asciende a un total de 61 mujeres asesinadas en el año 2011. Por tanto, parece ser que en los últimos siete años, estamos ante un panorama tendente a no superar las 61 víctimas mortales, pese a estar dándose una fase de incremento en el número total las denuncias.
¿Cuántas de las víctimas que han muerto habían presentado denuncia?

De acuerdo con las Fichas Resumen de Víctimas Mortales que proporciona el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales e Igualdad no es hasta 2006 cuando comienza a facilitarse el porcentaje de personas que mueren a manos de su pareja o ex pareja y que, a la vez, habían denunciado por violencia de género. De acuerdo con los datos disponibles del INE (2018), el porcentaje  de mujeres que habían denunciado y que ahora están muertas oscila entre el 19.2% (2012) y el 34,7 % (2016) (ver gráfico 3).



De todo ello se desprende que, aunque seguramente sea más casualidad que causalidad, según parece, en el año 2016 se alcanzó el mayor porcentaje de mujeres fallecidas que habían denunciado (34,7%) desde 1999 hasta 2017. Ese mismo año 2016 se registró la cifra más baja de mujeres muertas por violencia de género; un total de 49 víctimas (tomando el intervalo de 1999 hasta 2017). Por tanto, a tenor de este dato, y como hipótesis podría afirmarse que cuando las víctimas mortales denuncian más, mueren menos. 

Dando respuesta a la pregunta inicial, en cifras totales, en el año 2016, de 49 mujeres que  murieron a manos de sus parejas o ex parejas, en 17 casos se había puesto denuncia; en trece de ellos las víctimas habían denunciado directamente, siendo 4 las denuncias presentadas por otras personas. En cuanto al año 2017, se produjeron 51 víctimas mortales, 11 de ellas habían denunciado directamente, tan sólo en un caso la denuncia la puso una tercera persona.

Ahora bien, como hipótesis a cuestionar, es posible que un mayor número de denuncias reduzca las probabilidades de que se produzcan menos feminicidios. En esta misma línea, ya se ha comentado que, según el caso, existen evidencias científicas que sugieren que aquellos maltratadores que incumplen las órdenes de alejamiento por violencia de género tienen una mayor probabilidad de volver a agredir a sus parejas. Lógicamente para que haya orden de alejamiento, en primer lugar ha de haber denuncia. El cómo, dónde y con quién ir a denunciar es una cuestión de tremenda importancia, tanta que se abordará en artículos futuros. 

Fuentes:
2 Organización Panamericana de la Salud (2013). Femicidio.Comprender y abordar la violencia contra las mujeres. http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/98828/WHO_RHR_12.38_spa.pdf?sequence=1




lunes, 12 de marzo de 2018

El Stroop Emocional en violencia de género



La tarea de Stroop Emocional consiste en presentar en una pantalla o lámina tres tipos de palabras (positivas, neutras y negativas), la persona tan sólo ha de responder el color en el que están escritas. De primeras parece una tarea sencilla y sin duda lo es. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando la palabra que se nos presenta nos genera emociones? Pues, generalmente, que nos lo tenemos que pensar un poco más. Ya hace unos años que diversas autoras (Baños, Quero y Botella, 2005)llegaron a la conclusión que las personas con fobia social, tardaban más en responder a palabras de "Amenaza Social" como "Torpe", "Timidez", "Ofensa" o similares, al menos cuando se comparaba con personas sin fobia social ni trastorno mental o emocional.


Por su parte, encontramos un efecto, cuanto menos curioso, en determinadas víctimas de violencia de género. Y es que diversas fuentes (Hidalgo, Gómez, Bueso, Jiménez, Martin y Pérez, 2012; Mata, Sánchez, Fernández, González y Pérez, 2014) parecen haber encontrado que determinadas víctimas de violencia de género, lejos de dar una respuesta más lenta ante palabras emocionales negativas, dan respuestas más rápidas al color de las palabras. Según el grupo de investigación (Hidalgo, Gómez, Bueso, Jiménez, Martin y Pérez, 2012) de la Universidad de Granada (España):Las mujeres víctimas de violencia muestran un bajo tiempo de reacción ante palabras negativas y de maltrato [...] Este hecho puede deberse a la necesidad constante de estar alerta ante estos contenidos amenazantes, lo cual -en lugar de provocar mayor afectación en los tiempos de reacción- produce una sensibilización emocional y un procesamiento emocional más rápido”. Dicho de otra manera, responderían antes como un mecanismo de supervivencia.

Podría pensarse que estamos ante un efecto aislado pero otro grupo de investigadores/as (Mata, Sánchez, Fernández, González y Pérez, 2014 ) obtuvieron que la media de palabras nombradas dentro del grupo de mujeres víctimas de malos era inferior (media= 45.47, DT=11.26) frente a la media de tiempo de palabras nombradas por mujeres del grupo control (media=57,22, DT= 14,97, t= -4,285 y gl=93, p= .000), encontrando diferencias significativas en ambos grupos. Por tanto, cabe pensar que estamos ante una serie de hallazgos que en el futuro podrán servir para identificar a víctimas reales de víctimas simuladoras. No obstante, aun no se ha probado si personas normales instruidas para simular pueden comportarse como víctimas reales. Y es que lo queramos o no, cuando estamos en el contexto médico-legal, habrá de sospecharse simulación (DSM-5, APA, 2014). Por ello, antes de incorporar la tarea Stroop Emocional a los protocolos de Psicología Legal y Forense, son precisas más investigaciones con población instruida para simular. 

Referencias:
Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5.(5ª ed.) Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría

Baños, R.M, Quero, S. y Botella, C., (2005). Sesgos atencionales en la fobia social medidos mediante dos formatos de la tarea Stroop emocional (de tarjetas y computerizado) y papel mediador de distintas variables clínicas. International Journal of Clinical and Health Psychology, 5, 23-42

Hidalgo, N., Gómez, P., Bueso, N., Jiménez, P., Martin, E. & Pérez, M. (2012).Secuelas cognitivas en mujeres víctimas de violencia de género. Tercer Congreso para el estudio de la violencia contra las mujeres, 26 y 28 de noviembre de 2012.Granada, España.

Mata, S., Sánchez, A., Fernández, L.M., González, S., Pérez, M., C. (2014). Procolo de screening de hipervigilancia emocional en el trastorno de estrés postraumático en víctimas de violencia de género. International Journal of Developmental and Educational Psychology, Nº1-Vol.2, 2014. ISSN: 0214-9877. pp:187-204